A veces, a todos nos supera un poco el día a día.
Cuando la vida se vuelve más gris de lo que nos gustaría, solo hace falta un pequeño empujón, una excusa para romper la inercia y volver a sentir ese subidón de energía positiva.
Al regalar una clase o un taller, estás regalando muchas vivencias en una: autocuidado, también experiencias espirituales, conexión con la naturaleza, nuevas amistades y una sensación de paz interior inigualable.
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