Es tiempo de mirar atrás y reflexionar.
Si hacemos una retrospección, hay una palabra que se repite con mucha frecuencia: GRACIAS. Y es que a veces las cosas no salen como uno quiere; otras veces sí…
Pero si tenemos una actitud de contemplación, podemos darnos cuenta de que todo lo que llega, todo lo que nos sucede, trae consigo un aprendizaje, una toma de consciencia, un cambio de rumbo que, aunque a veces no aceptemos ni comprendamos, por regla general con el tiempo comprobamos que es positivo para nosotros.
Así que no queda otra que agradecer: agradecer a la vida, a las personas, a los acontecimientos, a todo aquello que nos traen y que nos hace crecer y aprender.
«Sentir gratitud y no expresarla es como envolver un regalo y no darlo.«William Arthur Ward
Si estamos atentos, viviremos desde una mentalidad de crecimiento y no caeremos en el limitante victimismo.
Por eso, ¡qué mejor forma de terminar el año que hablando de la gratitud!
¿Qué es la gratitud?
La gratitud es una de las muchas emociones positivas que se pueden sentir. Consiste en centrarse en las cosas buenas de nuestras vidas y en sentirse agradecido por lo que tenemos.
«La gratitud convierte lo que tenemos en suficiente»Mabel Gastón
¿Serán más felices las personas agradecidas o es el ser agradecidas lo que les hace ser más felices?
Según la neurociencia ejercitar el sentimiento de la gratitud, disuelve el miedo, la angustia y los sentimientos de rabia, ayuda a controlar los estados mentales tóxicos e innecesarios. Nuestro cerebro no es capaz de sentir al mismo tiempo, gratitud y angustia. Así que nosotros elegimos.
Cuando generamos sentimientos de gratitud en nuestros pensamientos, activamos el sistema de recompensa del cerebro, localizado en un área llamada núcleo accumbens.
Este sistema es el responsable de las sensaciones de bienestar y placer en nuestro cuerpo.
Cuando el cerebro identifica que algo bueno sucede, que existen cosas en nuestra vida que merecen reconocimiento y somos agradecidos por esto, se libera la dopamina, un importante neurotransmisor que aumenta la sensación de placer. Por eso, las personas que manifiestan gratitud, viven en niveles elevados de emociones positivas, satisfacción por la vida, vitalidad y optimismo.
Por la vía neuronal, la gratitud estimula las vías cerebrales para la liberación de otra hormona : la oxitocina, que estimula el afecto, la tranquilidad, reduce la ansiedad, el miedo y la fobia.
Nuestro cerebro no es capaz de sentir al mismo tiempo, gratitud y angustia. Ejercitar el sentimiento de la gratitud, disuelve el miedo, la angustia y los sentimientos de rabia. Ayuda a controlar los estados mentales tóxicos e innecesarios. Por lo tanto, somos nosotros quienes escogemos qué queremos sentir.
Gratitud, salud y bienestar
Hoy en día, la ciencia nos ha demostrado que la práctica de la gratitud mejora nuestra salud física, mental, social y espiritual. Y, lo más importante, parece ser que el ser agradecido no es solo un rasgo de personalidad, sino que es una virtud innata que puede ser entrenada.
Algunas investigaciones científicas, han demostrado mejoras en el bienestar psicológico: aumenta el optimismo, reduce la sensación de estrés y los síntomas de depresión y ansiedad. Las personas agradecidas se sienten menos solas y aisladas, tienden a ser más generosas y compasivas, y menos rencorosas y envidiosas.
Estudios más recientes han demostrado que el ser agradecido impacta, también, en el bienestar biológico: reduce la tensión arterial, mejora la calidad del sueño, reduce el sedentarismo y fortalece nuestro sistema inmune.
«Se me ha dado tanto que no tengo tiempo para reflexionar sobre lo que se me ha denegado.»Helen Keller
Cómo entrenar la práctica de la gratitud
Practicar la gratitud no es sólo dar las gracias cuando te abren la puerta o te traen un café: tiene que ver con un estado más profundo de agradecimiento y de reconocimiento al otro.
La gratitud es un valor que se afianza con la práctica y es una actitud que adoptamos en la vida, motivo por el cual ha inspirado numerosas aproximaciones teóricas y filosóficas a lo largo de la historia. Porque, a diferencia de emociones como el miedo, la alegría o la tristeza, la gratitud no es una reacción básica ni surge de manera espontánea, sino que hay que cultivarla desde la consciencia y reservarle un espacio.
Ahora bien, cada uno ha de buscar la manera de ir entrenando este músculo tan sutil e invisible a la vista. Aquí te damos algunas ideas:
Tanto Elizabeth Mehr como Gustavo Rodio coinciden en que lo primero que hay que hacer es “detenerse”.
Ambos nos proponen como primer y, quizás paso más importante a pararnos y mirar con atención plena, a través de todos los sentidos. Como el niño o niña que se detiene antes de cruzar un semáforo.
Si nos paramos a observar hay muchas razones por las que podemos sentir agradecimiento. Para empezar, el hecho de que nuestro corazón lata es un regalo que nos ha sido dado, no hemos tenido que trabajar duro para lograrlo.
Tenemos un corazón latiendo y trabajando a nuestro servicio 24 horas al día y la mayoría de personas lo damos por hecho e infravaloramos la suerte que tenemos.
¿Qué hago con esto ahora?
Ahora, sabiendo esto y, pese a los problemas de estos tiempos difíciles, la pregunta es sencilla: ¿Qué motivos tengo yo para estar agradecido? Y, una vez hallemos la respuesta, si es que eso llega a ocurrir, procuremos no dejarla pasar y demos gracias de manera auténtica y consciente con un gesto o una palabra, y sigamos explorando las numerosas oportunidades que nos brinda la vida cada día.
Porque, como dice el filósofo chino Lao Tse, la gratitud es la memoria del corazón.
Aprovechemos este tiempo de cierre de año, que nos lleva a un estado de mayor reflexión e introspección, para observar cuál es nuestro vínculo con esta virtud. Te invitamos a que lleves a cabo la práctica durante unos días, en la forma en que tú quieras, y después evalúes cómo te sientes y qué ha cambiado.
Te invitamos a que veas nuestro video en mi canal de Youtube
Da igual lo que diga la ciencia o lo que puedas leer en este artículo: lo importante es tu experiencia, tu vivencia y aquello que nace en ti cuando la despiertas. ¡Prueba a ser agradecido con la vida, con las personas, con los acontecimientos… y mira qué pasa dentro de ti!
Empieza ahora. ¿Cuáles son las cosas buenas, justo en este momento por las cuales te sientes agradecida(o)?
Para terminar, me gustaría darte las gracias por estar ahí, por tu interés, tu inquietud y tu búsqueda, y por hacer posible que este espacio de comunicación y divulgación vea la luz y siga creciendo.
Sin ti, no sería posible.
EntreTodas podemos llegar más lejos!
Si te sirvió esta conversación, te pedimos que la compartas porque alguien la puede estar necesitando. No te olvides de seguirnos en las redes!
Quisiera contactar a:
0 comentarios