Todos los talleres tienen una particularidad, en todos he conocido mujeres con corazón abierto siempre dispuestas a escuchar y ayudar.
La Biodanza era una terapia que solo la conocía de nombre, una vez que empecé a conocerla descubrí que a través de estos bailes o movimiento me hicieron entender que tenía ritmo y vibración, logré tener conexión, sincronía, interacción cuerpo-mente, supe que había expresión, la biodanza me ha enseñado a conectarme conmigo misma a darme cariño, conocí que puedo bailar con mi propia energía. Recomiendo la biodanza ya que es una terapia que llena nuestros corazones de alegría la cual se transmite en más de alguna ocasión, no solo el día de clases.
Chi Kung, ha sido una experiencia donde he aprendido a controlar mi propia respiración, me da la oportunidad de sentirme con mucho mayor movilidad, sirve para disminuir el estrés diario y mejorar nuestra posturas físicas, además por una hora respiro y vibro energías sanas.
Taller de Ángeles, fue una invitación a cruzar la puerta de entrada a un mundo que no conocía, despertando sentimientos y emociones a una nueva visión de compañía espiritual.